domingo, 20 de febrero de 2011

El destino del agua

Mi madre se mudó.

Sus gatos, dice, se acostumbran a todo.

La hembra trae restos de estopa en la boca.
Quién sabe dónde va.

El macho se sienta en el vano de la puerta.
Escudriña el cielo
como un viejo que lee en las nubes
el destino del agua.

Mi hermana cuenta estas cosas
en mails brevísimos.

La distancia nos reúne.

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