Sigo la ruta de unos patos
que han bajado hasta el borde de la laguna.
Los que nadan.
Los que acicalan sus plumas.
Los que graznan a borbotones
como si se les acabase el día.
Nadie molesta a los patos.
Los bañistas se han ido muy lejos,
aunque olvidaron aquí sus sombrillas.
Las paredes del hotel mudo
conservan una marca de agua
como arrugas del disgusto
que la inundación le ha causado.
Creo que debería quedarme un rato más así,
al acecho entre los juncos,
de espaldas contra el cielo.
¿Es este el sueño de volar
hacia las nubes
delgadas como viejos vestidos?
¿Habitás un hotel
en la otra orilla
sin mí?
Ivana qué lindo poema!!
ResponderEliminarun gran bienvenida al mundo de los blogs, y muchas gracias por el enlace, que retribuiré a la brevedad.
y me supongo te daré la cana x el facebook también :)
besos, que andes bien
nos vemos
i
qué hermoso poema! no conocía esta faceta tuya Iv! =)
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