El sábado pasado, Sol Pereyra tocó en No Avestruz. Yo esperaba ver a una chica altísima vestida de rapera ya que los temas que había escuchado de ella son algo así como "rap-confesional-escrito-por-chica-que-usa-la-cabeza-
y-el-sentido-del-humor".
Supongo que éste es un género demasiado caprichoso y de nombre largo como para que la gente que sabe de música lo incorpore en sus categorías analíticas. Pero a mí me funciona. El asunto es que Sol es menuda y apareció enfundada en un vestido ajustadísimo con pintitas magenta. Confesó que se le rajó al medio en alguna oportunidad mientras cambiaba de instrumentos en escena (toca la guitarra y la trompeta) pero esta vez no pasó nada.
Sol,que acaba de cumplir 33, alguna vez soñó con ser abogada por su afán de justicia, pero luego decidió ser actriz en la Córdoba donde se crió. Por ahí le llegó la música. Vive en México. Fue parte de la banda Los Cocineros, se fue de gira con Julieta Venegas cuando su amiga mexicana grabó el unplugged para MTV y luego compuso Bla Bla Bla. Es un cedé que relata una historia de amor y de amor que se fue. Su mirada es feminísima y desprejuiciada. Aún en los momentos donde parece hundirse en la desazón, encuentra en lo cotidiano un rayo de luz del que aferrarse o, al menos, con el cual tomar las cosas con filosofía. Dice cosas como "Te fuiste y me dejaste un montón de encendedores y a mí que estoy tan sola me suben los calores. Te fuiste y me dejaste el calzoncillo menos sexy colgando de mi cuerda cual guirnalda de una fiesta".
Acá, nota aparecida en Radar para quien tenga ganas de conocer más a esta chica.
Y video, acá.
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