Me puse a hablar sola. Dije cosas frente al espejo (cosas secretas, que no vienen al caso). Canté un poco también, pero quedó claro que el resfrío perdura. Mi voz con ronquera suena extraña, algo rota en los bordes y al mismo tiempo, saluda como si fuera de la familia. Yo creo que la estoy cambiando, como sucedió ya, alguna vez.
acá tenés un poema, Ivana.
ResponderEliminarSabe? Yo también pensé lo mismo pero dije "no, no otra vez", como una propaganda de los míticos objetos Sprayette. Gracias por la observación.
ResponderEliminarEl detector de poemas, señor H, trabaja sin descanso! Yo entre tanto saludo tu voz, sea cual sea, sea que se oiga, o se lea.
ResponderEliminarGracias Ceci! Yo tb saludo la tuya.
ResponderEliminar